¿Cómo puede incidir el Sistema EBI (Educación Básica Interactiva) en la didáctica de lenguas?
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Foto extraída de la web: Colegio Sta. Mª La Blanca |
El Colegio Santa María La Blanca, situado en Madrid, es una escuela de Educación Primaria enfocada en la enseñanza personalizada y el uso de las nuevas tecnologías en el aula.
Con estos objetivos, el perfil de aprendizaje de los alumnos se elabora de manera individual atendiendo a los datos y observaciones aportados por las familias, el departamento de orientación, tutores, docentes especialistas y los propios estudiantes. Además, estos últimos disponen de dispositivos tecnológicos a partir de 5º de Primaria, si bien en los dos cursos anteriores ya trabajan en base a guías de aprendizaje personalizadas en formato papel, donde recopilan experiencias de aprendizaje diseñadas por ellos mismos.
En este contexto resulta llamativo, aunque no inesperado, el hecho de que sean también los alumnos quienes decidan cómo y cuándo han de ser evaluados en base a su respectiva guía de aprendizaje, no existiendo exámenes (al uso) ni deberes. No obstante, dichas guías, y los objetivos en ellas reflejados, serían revisadas de manera constante por los tutores de los jóvenes discentes. Tan innovadora metodología ha sido denominada por el colegio: Sistema EBI (Educación Básica Interactiva).
Centrándonos, ahora, en su aplicación a la didáctica de lenguas, he de decir que me surgen claros sentimientos encontrados. Por una parte, considero de sumo interés ese afán por personalizar el proceso de aprendizaje, ya que es evidente que no todas las personas responden a un mismo perfil madurativo y/o cognitivo. Sin embargo, opino que aprender una lengua es una cuestión lo suficientemente compleja ─más en esos primeros años de desarrollo de la competencia escrita y lectora─ como para dejar en manos de niños tan pequeños responsabilidades evaluativas de envergadura suficiente como para que, en cursos superiores (especialmente de Secundaria), puedan verse afectados por motivo de no haber tratado contenidos que discentes de otros centros sí lo hayan hecho o, al menos, en mayor profundidad. Asimismo, considero una posición arriesgada la de evitar mandarles, por sistema, deberes; pues hacerlo en su justa medida podría ayudarles mucho a la hora de acostumbrarse a organizar, de manera adecuada, su tiempo externo a horarios escolares predeterminados.
Por último, la implementación de TICs a edades tempranas tampoco creo que sea lo más favorable para su desarrollo socio-afectivo y espacial. De hecho, pienso que no resultaría extraño el hecho de que esa pronta implementación derivase hacia el incremento de actitudes o costumbres tan obsesivas como dañinas. Además, dado el alto grado de exposición al que, de por sí, deben de estar acostumbrados ya en sus propias casas, tampoco lo veo algo estrictamente necesario.
Supongo que, en este último aspecto, personalizo a la perfección esas resistencias contrarias a las innovadoras políticas actuales... 😊
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